Publicado: 2 de Febrero de 2017 a las 19:06

La nevera (o frigorífico) es el lugar donde conservamos los alimentos frescos para que duren más tiempo. Muchos de esos alimentos los vamos a comer sin cocinar: frutas, embutidos, quesos, leche, zumos, etc. Por esto es tan importante mantener la nevera limpia e higienizada.

Es importante tener en cuenta que los gérmenes patógenos no se mueren en la nevera, solo se aletargan y dejan de multiplicarse.

Te contamos cómo limpiar la nevera de una manera sencilla y que no te llevará mucho tiempo


  1. Apaga la nevera. Desenchufa el frigorífico y deja las puertas abiertas. Para descongelar más rápido el congelador, coloca un recipiente con agua caliente en su interior. ¡Ah! recuerda que saldrá agua por el suelo. Coloca paños para recogerla.
  2. Vacía el frigorífico. Pero ten cuidado de no dejar estropear los alimentos.
  3. Desmonta baldas y estanterías. Desmonta cualquier pieza que sea extraíble.
  4. Lava las juntas de las puertas. Con una bayeta y una solución de agua y vinagre. Si tiene moho, utiliza lejía. Con un cepillo de dientes que no utilizes podrás llegar a los lugares de difícil acceso.
  5. Limpia las baldas, estantes y cajones. En el fregadero y con un estropajo suave, agua caliente y tu lavavajillas habitual.
  6. Limpia el interior y el exterior del frigorífico. Con agua y bicarbonato en el interior. Puedes utilizar también vinagre o limón. No es recomendable utilizar productos químicos de limpieza para que no coja olores que después puedan impregnarse en la comida.
  7. Limpia el congelador. Utiliza también agua con bicarbonato.
  8. Vacía la bandeja de drenaje. Utiliza guantes y después de limpiarlo utiliza un desinfectante, pues contiene aguas estancadas en las que proliferan todo tipo de microorganismos.
  9. Limpia la parte trasera. Te cuidado al limpiar esta zona, pues es dónde está la maquinaria del electrodoméstico. Puedes utilizar un aspirador y/o un pincel para retirar el polvo acumulado.
  10. Coloca un ambientador casero. Un limón partido en dos con clavos, un vaso de café molido, un recipiente con bicarbonato… Depende del olor que más te guste.