Publicado: 7 de Abril de 2016

El estudio muestra que, en la práctica, los procedimientos que formalmente se revisten con la forma de concurso terminan por convertirse en subastas encubiertas, utilizando como único criterio de selección el precio

La Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Aspel), patronal de ámbito estatal del sector de limpieza de edificios y locales, exige que se modifique la actual legislación en materia de contratación pública, de manera que se fije un precio mínimo de salida en las licitaciones de servicios y evitar así prácticas ilegales por parte de empresas que no están lo suficientemente preparadas para la prestación de los mismos.  

Esta es una de las principales reivindicaciones que las grandes empresas de limpieza han hecho a través de un estudio elaborado por Deloitte en el que se analizan los procedimientos de contratación de servicios de limpieza en España. Este documento ha sido elaborado con el fin de exponer los efectos que tiene sobre las empresas del sector el hecho de considerar el precio como criterio único o preponderante para la adjudicación de contratos por parte tanto de las administraciones públicas como del sector privado.

El estudio pone de manifiesto que, en la práctica, los procedimientos que formalmente revisten la forma de concurso terminan por convertirse en subastas encubiertas, utilizando como único criterio de selección aquella oferta que presente el precio más bajo.

Las empresas de limpieza piden por ello fijar previamente un precio de salida mínimo que soporte los costes de personal, sobrepasado el cual, las entidades concursantes puedan competir. Asimismo, exigen que se endurezca la normativa para excluir directamente de los concursos públicos a aquellas empresas cuyos precios no soporten este coste de personal así como los demás costes necesarios para la prestación del servicio, como los materiales consumibles.

Debido a la alta representatividad de la mano de obra en el sector, una bajada en los precios se traduce en una progresiva pérdida de puestos de trabajo y en una notable disminución de la calidad del servicio. Además, esta precarización lleva asociadas otras consecuencias negativas para el sector como el deterioro de las infraestructuras u operar bajo estándares de limpieza no óptimos para la salud laboral, entre otras.

Por todo ello, se plantean una serie de propuestas de mejora fundamentadas en la contratación de servicios profesionales de limpieza a partir de su “valor óptimo”. Según detalla el estudio, este concepto trata de tener en cuenta no solamente un precio favorable, sino ponderar también, en relación a las preferencias de la entidad contratante, los distintos elementos relativos a la calidad de la oferta, buscando la que más se adecúe a sus necesidades.

Igualmente, el informe apunta la conveniencia de adjudicar los contratos de limpieza desde el punto de vista de los resultados, con un enfoque en el que se prime la calidad y sostenibilidad del servicio, y no hacerlo a partir del “enfoque horas”, que caracteriza aquellos encargos en los que se asigna un precio por hora, estipulando de antemano el número de horas de trabajo.